2. Facilitar la comunicación y no poner al candidato contra las cuerdas. Si la persona está incómoda y la sometemos a cierta presión se pondrá a la defensiva. Sólo se deben utilizar técnicas para comprobar la resistencia al estrés cuando haya que cubrir puestos en los que ese requisito sea indispensable.
3. Dejar que el candidato se explique. El entrevistador no debería hablar más del 20% del tiempo que dure la entrevista. En el 80% restante debería escuchar activamente.
4. Observar la comunicación no verbal. Aporta mucha información sobre aspectos como la seguridad del candidato en sí mismo y la coherencia entre lo que dice y lo que piensa.
5. No mostrarse crítico. El entrevistador ha de ser crítico a la hora de elegir al candidato final, pero no durante la entrevista. Aunque no le gusten la actitud y las explicaciones del candidato, deberá mantenerse impasible.
6. Adaptar la entrevista a cada perfil. Conviene partir de un esquema base, pero hay que orientar la conversación de acuerdo con el tipo de entrevistado. Por ejemplo, conteniendo al extrovertido y motivando al introvertido.
7. Desconfiar de la intuición. Lo mejor para evitar sorpresas es elegir al candidato final de la forma más objetiva posible, valorando la información obtenida en cada una de las fases del proceso de selección.
8. No ayudar a un candidato a ser elegido. El entrevistador se puede poner nervioso cuando le urge seleccionar a un profesional y no lo encuentra. Inconscientemente puede «ayudar» a alguno de los candidatos a ser elegido aunque en realidad no se ajuste al puesto.
9. No mostrarse nervioso o impaciente si la entrevista se alarga más de lo previsto y hay otros asuntos que resolver. El candidato lo percibirá y también se pondrá nervioso.
10. Ser humildes. Evitar la prepotencia y aprender de cada entrevista.
Referencia: http://www.laboris.net/static/em_reclutar_entrevistas-eficaces.aspx
Qué bonito blog! Me gusta mucho leer lo que publicas, eres muy inteligente!
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